Los pueblos, al ir forjando su historia, también van forjando su identidad cultural como resultado del quehacer social y laboral de su gente, manifestado en costumbres y tradiciones que el tiempo consagra como propios de quien las vive y se reconocen como representativas y aglutinantes de la misma comunidad, por tanto, determinados por un mismo proceso histórico, por un mismo entorno geográfico, por situaciones, vivencias y experiencias que le son comunes.
Los orígenes del pueblo de Andacollo se remontan al siglo XVII y es erigido como comuna el 22 de diciembre de 1891. Geográficamente se encuentra localizado a 70 kilómetros al sur este de la ciudad de La Serena, en la Región de Coquimbo y a 1.100 m.s.n.m. Con una población, según el último censo de 2017, de 11.044 habitantes, siendo una comunidad urbana y rural con una superficie de 310.0 km/2.
En los más de cuatrocientos años de historia de Anta Coya, la identidad tradicional del pueblo se ha ido construyendo en tres pilares fundamentales que le son propios y característicos y de los cuales se desprenden naturalmente los otros elementos sociales y culturales que hacen de Andacollo una comunidad con una Identidad Propia y Particular.
Estos principios dicen relación, en primer lugar, a las faenas relacionadas con la extracción del oro, y también, a partir de la década del 50 del pasado siglo XX, la explotación del cobre, labores plenamente vigentes; donde la búsqueda de los preciados metales dorado y rojo respectivamente, han sido el sustento de la economía familiar de pirquineros y mineros, haciendo de la minería su principal quehacer y destino. En segundo lugar, su desarrollo agrícola, hoy practica y totalmente desaparecidos, pero que en otras épocas vivió tiempos esplendorosos, tal como lo atestiguan numerosos testimonios de un pasado que nos hablan de verdes campos y sembrados de trigo, de cebada y otros cereales como, lentejas y porotos, amén de huertos y pequeñas chacras familiares. Finalmente y como tercer pilar de fundamentación de la tradición e identidad andacollinas, es la expresión religiosa plenamente vigente de fe cristiana católica de devoción a la imagen de la Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario de Andacollo, que hunde sus raíces en el origen mismo del pueblo, que desarrolla por sí misma, expresiones, práctica y vivencias llenas de emociones y sentires. Manifestación que ha traspasado generaciones de hombres y mujeres, también las fronteras del país y que hacen de nuestro pueblo la atracción de cientos de turistas que llegan a conocer la majestuosidad de sus iglesias y de su entorno minero, como así mismo, de cientos de miles de peregrinos que acuden a su Santuario con la esperanza que les infunde la Fe en la imagen de una mujer morena de rostro humilde y sencillo, que por lo mismo, es objeto y motivo de estudios e investigación por parte de expertos en religiosidad popular y de cultura tradicional.
Precisamente son estos los elementos esenciales que le han dado a Andacollo y a su gente, la identidad cultural y social que reconocemos como principios intrínsecamente ligado al devenir histórico de nuestro pueblo. Identidad que se manifiesta en sus expresiones socialmente vigentes y en aquellas que viven en la memoria de la comunidad como testimonio de un proceso que se guarda y pasa a ser parte de la historia. Son expresiones y tradiciones que viven y perviven en el alma y espíritu del andacollino; vivencias que se han mantenido vivas a través del tiempo, donde cada una y en su conjunto, se reconocen como propias y representativas de la identidad, sean estas de carácter civil o religiosas. En este mismo sentido, encontramos otros elementos y expresiones que vienen a configurar un completo panorama de la identidad cultural , que se reflejan en un lenguaje propio y característico, llenos de modismos y dichos locales, identificando lugares, personajes, actividades laborales, vivencias comunitarias, situaciones personales que la comunidad las hace suyas y pasan a ser parte de su patrimonio, en tanto reflejan en su conjunto el acervo cultural tradicional o folklórico que las inspira.
En conclusión, han sido los propios habitantes de todos los tiempos de este noble pueblo, los que con sus vivencias y experiencias en los tres pilares de identidad descritos, han configurado el alma del pueblo andacollino, donde las organizaciones sociales, vecinales, culturales, artísticas, deportivas, sindicales, políticas, religiosas, educativas, benéficas, altruistas, y otras, que el mismo pueblo se ha dado reconociéndolas como propias, han sido el espacio para el desarrollo y consolidación de esta identidad.